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Pueden los perros olfatear nuestras enfermedades

 

Siempre han existido muchos mitos acerca de las capacidades de nuestros queridos amigos en torno a su olfato y a sus capacidades para, de algún modo, darse cuenta de que algo en nosotros anda mal. Hoy sabemos que muchos de esos mitos son ciertos. Si tu estuvieras enfermo, tuvieras cáncer, epilepsia o diabetes, tu amigo de cuatro patas sería el primero en saberlo. Claro, ¿cómo? Aunque los científicos no saben la razón exacta, suponen que el sofisticado olfato de los perros está tan desarrollado que puede detectar incluso el extraño y débil aroma que se desprende de las células deterioradas, así como los cambios y las fluctuaciones del azúcar en la sangre. 

El más increíble de los casos es el de algunos perros que hasta han podido detectar un ataque de epilepsia 45 minutos antes de que suceda. Todo esto fue observado en un estudio desarrollado por la Asociación Americana de Urología, junto a un grupo de doctores e investigadores en el hospital de Tenon, Paris. Donde se demostró como los perros eran capaces de detectar y reaccionar diferente frente a pacientes con cáncer de pulmón, de mama, de vejiga y de próstata, así como diabéticos con picos de azúcar en sangre y epilépticos a punto de una crisis.

 

Pueden los perros leer nuestras mentes

 

 

 

 

 ¿Cómo aprenden a pedir comida o deciden comportarse mal cuando no les miramos?

Según Monique Udell y su equipo, de la Universidad de Florida (EE UU), el modo en que los perros responden al nivel de atención que le prestan las personas nos dice algo acerca de la forma en que piensan y aprenden sobre el comportamiento humano.  

Investigaciones recientes han identificado una amplia gama de comportamientos sociales similares a los humanos en el perro doméstico, incluyendo su capacidad para responder al lenguaje corporal de las personas que le rodean, a las órdenes verbales, y a los estados de atención. ¿Pero cómo lo hacen? ¿Observan nuestro comportamiento en distintas circunstancia y luego responden en consecuencia? ¿O aprenden por experiencia, respondiendo a lo que sucede a su alrededor?

Para averiguarlo, Udell y sus colegas pusieron en marcha dos experimentos para comparar cómo actúan perros domésticos, perros pastores y lobos en cautividad dándoles la oportunidad de pedir comida, ya sea a una persona atenta o a una persona a la que el animal no puede ver. Así comprobaron por primera vez que los lobos son capaces de reclamar comida acercándose a los humanos atentos. Esto demuestra que ambas especies - domésticos y no domésticos - tienen la capacidad de comportarse de acuerdo con el estado de atención de un ser humano. Además, tanto los lobos como los perros fueron capaces de mejorar rápidamente su desempeño con la práctica.

Además, llegaron a la conclusión de que los perros que viven en un ambiente doméstico son más sensibles a los estímulos predecibles en los seres humanos atentos que los dedicados al pastoreo. El comportamiento canino, concluyen, "se debe a la voluntad de los animales de aceptar a los seres humanos como compañeros sociales, combinada con una capacidad para seguir los movimientos y las acciones de las personas para recibir confirmación".

 

 

 

Soluciones para eliminar las manchas en el lagrimal de los perro

 

Lo primero que debemos hacer es despejar la zona del ojo, o bien rasurando el pelo con frecuencia o recogiéndolo con unas gomas.

Despues limpiamos bien la zona con un producto especial de los que existen en el mercado o agua templada con sal, aplicándolo con una gasa  2 veces al día y secando bien la zona después de la aplicación

También, siempre aconsejo dar al perro agua mineral de botella en vez de agua del grifo

Siguiendo estos pasos lograremos reducir mucho el manchado del lagrimal y en algunos casos eliminarlo por completo.

Recordad que los comederos y bebederos deben limpiarse y cambiar el agua a diario.

Otra de las soluciones consiste en poner  un poco de vinagre de manzana en el agua donde beberá nuestra mascota, aproximadamente una cucharadita de café para cada 2 litros de agua. Esto ayudará a la eliminación de la mancha

También es muy importante la alimentación.

Es importante alimentar a nuestro perro con pienso natural, sin aditivos ni colorantes y bajo en cereales, pero rico en carnes.

Para casos graves existe un producto llamado Angel’s Eyes , comercializado en forma de polvo comestible , pero no es aconsejable utilizarlo con frecuencia sino en casos puntuales y siempre consultando a un profesional.

 

Los perros tambien sienten celos

Que los perros sean celosos es algo que sabemos muchos dueños, aunque hasta ahora nunca se había demostrado científicamente. Cr...istine Harris, psicóloga de la Universidad de California en San Diego, ha llevado a cabo la primera prueba científica que afirma la existencia de una conducta celosa en los perros.

Aunque ya se había demostrado anteriormente que sienten resentimiento ante situaciones en las que perciben una posible pérdida del sujeto deseado, con la investigación de Harris, publicada en la revista PLOS ONE, se ha desafiado la idea de que los celos sean una construcción social exclusivamente humana: los perros sienten celos, aunque de una manera más básica que las personas; y surgen como instinto de protección frente a intrusos.
El estudio sugiere que cada vez que un rival usurpa el afecto de un ser querido, la angustia se apodera del estado de ánimo del animal, por lo que intenta destruir el vínculo entre su dueño humano y el individuo al que considera un rival, con el objetivo de proteger una relación social importante.
El experimento se basó en la observación de la conducta de 36 perros en sus respectivos hogares, mientras sus dueños interactuaban con una serie de objetos: una calabaza, un libro y un perro de peluche animado. Cuando tales personas mostraban afecto a los peluches, sus mascotas reaccionaban con gruñidos, ladridos, empujones e intentos de separar a sus amos del muñeco, al que percibían como rival. En cambio, mostraban menos celos cuando los dueños interactuaban con la calabaza, si se entretenían leyendo un libro... o simplemente les ignoraban.
Resultados:
• Un 78% de los perros fueron dos veces más propensos a empujar o gruñir a su dueño cuando éste interaccionaba con el perro de peluche, mientras que sólo un 42% mostró la misma conducta cuando acariciaba a la calabaza o hablaba con ella.
• Únicamente un 22% de los animales se mostró molesto cuando el humano leía el libro.
• Un 30% de los perros trató de interponerse entre el hombre y el jueguete.
• Un 25% trató de morder al peluche.

 

Las investigadoras destacan que las agresiones por parte de los animales indican que éstos creían que el peluche era real, puesto que el 86 % de los perros olfateó el trasero del peluche durante la prueba. Asimismo, dado que no existían experimentos previos sobre celos perrunos, las científicas adaptaron una prueba utilizada con bebés humanos de seis meses de edad. Los resultados de la investigación respaldan la teoría de que existe una "primigenia" de celos que se observa también en los bebés, y su conclusión final es que esta emoción se desarrolla "para asegurar recursos como los alimentos, la atención, el cuidado y el afecto".
Sí, muchos ya habíamos detectado este tipo de emociones y reacciones en nuestras mascotas, pero ahora queda científicamente demostrado que ellos también pueden sufrir al percibir que una relación de afecto se encuentra en riesgo. Una vez más, se pone en evidencia que perros y humanos tenemos en común más cosas de las que creemos. Y es que como ya sabréis, ¡perros y humanos compartimos hasta el 75% de nuestro código genético!

Quieres de verdad un perro grande

¿Quieres de verdad un perro grande?

Me llegan muchos casos de personas amantes de los perros, de “perros de verdad”, como los... llaman. Se refieren a perros de razas grandes, fuertes, incluso de razas con aspecto fiero, como el Bóxer o el Rottweiler. Pero entonces vienen los problemas: malos comportamientos, tirones en los paseos, personalidad dominante,… ¿Cómo se puede controlar a un perro tan grande, al final? Los que recurren a mí lo hacen desesperados. Algunos, por desgracia, no quieren tomarse esa molestia y abandonan a sus mascotas sin haberse parado a pensar que tal vez el problema no es el perro.

 

Tener un perro es una gran responsabilidad. No se trata sólo de educarlo, también hay que sacarlo a pasear, darle de comer, un lugar donde dormir,…Pero las necesidades básicas de un Chihuahua no son las mismas que las de un Pastor Belga. Sí, tal vez el Pastor Belga te parezca más bello, te atraiga más, quieras tenerlo por encima de todo por su porte, su tamaño, su fortaleza… ¿Pero puedes permitirte darle la vida que merece? La pregunta que muchos propietarios no se hacen, y deberían, no es más que esa. ¿Puedes suplir sus necesidades?

Un perro grande necesita más espacio y más comida, sólo para empezar. Una raza de combate será más fiera (que no significa más agresiva) que una de pastoreo, y un pastor no tendrá las mismas necesidades que un cazador. Estudia la raza que te interesa y averigua si puedes convertirte en el propietario que ese perro merece.

Cada raza es distinta, tiene su forma de vivir, su comportamiento, su instinto. Si puedes comprarle la comida que necesita y si puedes darle el espacio que precisa, entonces pregúntate si realmente tienes ganas y tiempo para pasearlo tres veces al día, para tomarte un rato a diario para educarlo, enseñarle trucos, y si vas a tener el temple necesario para no volverte loco cuando no haga las cosas como esperas. Porque primero tienes que enseñarle, y mientras tanto es posible que se equivoque.

Tener un perro de raza grande puede no ser una elección adecuada. Oh, los cachorros son todos adorables, pero después los animales crecen, y un Bóxer puede llegar a medir 60 centímetros. ¿Puedes darle un hogar adecuado? ¿Puedes tomarte el tiempo de educarlo y cuidarlo? En definitiva, ¿de verdad quieres un perro grande en tu vida? Piénsalo muy bien antes de decidirte, porque este animal va a quererte durante el resto de su vida, y merece que tú también lo quieras

Parasitos externos en perros y gatos

Llega el buen tiempo, PERUQUERIA ADOLFO os recuerda que con el también legan los enemigos de nuestras mascotas.

Tanto las p...ulgas como las garrapatas son parásitos externos, es decir, que viven en el exterior del cuerpo de los animales (generalmente entre su pelo, agarrados a su piel). Mediante una picadura, estos parásitos pueden estar alimentándose durante más de un mes de la sangre de nuestros animales.

 

La infestación de este tipo de parásitos es muy sencilla, ya que nuestro perro los puede encontrar en cualquier parque o solar, e incluso se los puede pasar otro animal, ya sea de su especie o no.

Las pulgas

Las pulgas son pequeños insectos succionadores de color marrón. Tienen tres pares de patas, dos de ellas adaptadas para realizar grandes saltos. Como ya hemos dicho, se alimentan de la sangre de los animales, en especial de los perros y de los gatos.

Seguramente, si nuestro perro se rasca más de lo normal este infestado por pulgas, pero esta condición no es indispensable para que nuestro perro contenga estos parásitos, aunque nuestro perro no se rasque, puede tener pulgas. El motivo de que las pulgas causen picores a nuestras mascotas, es que la saliva anestésica de estos insectos causa reacciones alérgicas en muchos canidos. A parte de perdida de sangre e irritaciones cutáneas de nuestras perros, las pulgas pueden ser las culpables de anemias, infecciones, y lo más peligroso, las pulgas pueden transmitir diversas enfermedades.

Una de las principales enfermedades que transmiten estos parásitos es la tenia Dipylidium caninum, o vulgarmente llamada “tenia de ciudad” o “lombriz solitaria” (este gusano vive en los intestinos de los animales alimentándose de todo lo que comen y “robándoles” los nutrientes que ingieren).

Para tratar a nuestros perros contra las pulgas hay multitud de fármacos, collares y productos. Lo más importante del tratamiento que elijamos es que evite el contagio, elimine a las que pueda haber y elimine también los huevos o larvas. Asimismo, es recomendable utilizar algún producto que sea adecuado para desinfectar el entorno de nuestro perro

Las garrapatas

Las garrapatas son pequeños parásitos de la familia de las arañas. Se alimentan de la sangre de los animales o de la persona a la que se adhieren. Físicamente son como una pequeña bolsa gris o marrón con ocho patas. Cuanta más sangre chupen, más grandes se hacen, pueden multiplicar por diez su tamaño.

Nuestro perro puede infestarse de garrapatas en cualquier lugar, sobretodo en parques o lugares con vegetación. Estos parásitos no sólo provocan irritaciones cutáneas, sino que también pueden ser portadoras de graves enfermedades.

Una de las enfermedades más comunes que transmiten las garrapatas es la enfermedad de Lyme; ésta se caracteriza por cambios en la piel, inflamación de las articulaciones, fiebre, dolores musculares…

Es muy importante que mantengamos a nuestros perros libres de garrapatas y evitemos en la medida de nuestras posibilidades su infestación. Es recomendable que examinemos a nuestros animales habitualmente, sobretodo si han estado en lugares con hierbas altas o matorrales.

Existen variedad de collares y productos que repelen este tipo de parásitos y que tienen un alto porcentaje de efectividad. Antes de adquirir cualquier producto contra las garrapatas, debemos asegurarnos que también elimine sus huevos o larvas (una garrapata adulta pueden poner entre 2000 y 8000 huevos a lo largo de su vida).

Asimismo, si encontrásemos una garrapata adherida a la piel de nuestro perro, no debemos intentar quitarla nosotros, pues podemos hacer daño a nuestra mascota, lo mejor es acudir a un centro especializado que nos desparasitara nuestra mascota periódicamente y nos aconsejara los mejores y mas eficaces productos que existen en el mercado mas adecuados a cada caso en PERRUQUERIA ADOLFO estaremos encantados de aten derle sin compromiso, tu mascota se lo merece.

Como acariciar a tu perro

En ocasiones has podido observar que tu perro se aleja cuando le estás acariciando... Eso es una señal clara de que no le gusta cómo l...o estás haciendo. Sin embargo, la mayoría de las veces se quedan quietos y sin rechistar, por ello es necesario saber qué les gusta y qué no para evitarles malos ratos.

 

Los perros odian que...

•Les abraces: el lenguaje corporal de los humanos no es el mismo que el canino, por ello un abrazo no es entendido por los perros como lo es por los humanos. Al contrario, les resulta incómodo verse enjaulados entre tus brazos, se agobian.
•Les agarres por la cabeza: ¿a quién le gusta eso? ¡Evítalo!
•Les des palmaditas: sobre todo en razas pequeñas, puede resultar molesto recibir golpecitos en el cuerpo de vez en cuando... ellos quieren caricias no palmaditas.

Los perros adoran que...

•Les rasques dentrás de las orejas: los pliegues de la piel en esa zona suele originarles picor, y en ocasiones no consiguen llegarse bien a rascarse, por ello les resultará muy placentero que lo hagas tú. Es una zona sensible por lo que no hay que ser demasiado efusivo rascando, debe ser algo suave.

•Les acaricies o rasques bajo el morro: igual que los gatitos, los perros adoran ser acariciados en esa zona, eso sí, siempre con cuidado y mucho cariño.

•Les acaricies el vientre: también con suavidad, ya que hay razas que en esa zona carecen de pelaje por lo que su piel está más expuesta y es mucho más sensible. ¡Unas buenas caricias ahí y tu mascota te amará por siempre!

•Les rasques la parte trasera o grupa: aunque parezca mentira algunos perros lo adoran.

Ahora ya sabéis los puntos clave que harán disfrutar a vuestras mascotas con caricias. Cabe decir, que todo esto depende de cada animal, de su carácter, y de sus gustos, pero resulta una guía orientativa para aquellos que os habéis dado cuenta de que vuestros perros no están contentos con vuestros mimos. ¡Mucha suerte con esas caricias!

Beneficios de la jaula educativa

El cachorro descontrolado tiende a deambular por la vivienda tan disperso como un niño de dos años, pero con uñas y dientes.

M...uerde las zapatillas, rasga las cortinas, rompe todo lo que pilla y hace “caca” o “pis” donde le viene en gana. ¡Eso no puede ser! Eso no es bueno ni para él, ni para la familia.

 

Él, como el cachorro humano, debe aprender a vivir desde siempre con límites.

Sus límites le proporcionarán seguridad, perfeccionarán su atención, también la percepción y acelerarán los aprendizajes.

El cachorro, igual que un niño, debe estar siempre bajo control. Jugando, descubriendo y aprendiendo, pero siempre bajo control.

“Cómprele una jaula grande para guardarlo cuando no lo pueda controlar.

 

En ella desarrollará algo que le resultará imprescindible el día de mañana para el autocontrol de su agresividad, de su ansiedad y para la convivencia en la sociedad humana: Capacidad de resistencia al aburrimiento.
Su hijo adquiere esto mismo y de la misma manera en el colegio, desde el primer día del jardín de infancia”.

“Cuando esté fuera de la jaula, debe permanecer siempre bajo control.

Permítale que se desenvuelva con libertad. Permítale todo, menos lo que no debe hacer.

No le regañe ni le castigue, porque no será necesario.

Sencillamente, limítese a impedir que haga lo que no debe hacer”

A algunas personas les abruma la idea de la jaula, hasta que comprenden que no se pretende que el cachorro permanezca siempre encerrado. De hecho, cuanto menos tiempo pase en la jaula mejor.

Lo que se pretende es que el perro no tenga oportunidad de practicar conductas indeseables.

Pronto sentirá la jaula como su habitación, e incluso se introducirá voluntariamente en ella cuando esté cansado o soplen vientos de tormenta familiar. Será su casa, su refugio.

Conviene que sea plegable. Facilita los viajes. Muchos hoteles aceptan perros con jaula. Aunque esté fuera de casa, él dormirá a pierna suelta en su refugio plegable.

Al limitar la deambulación, se facilita enormemente:

- La seguridad objetiva del cachorro, evitando accidentes domésticos
- La educación de la vejiga y los esfínteres
- Que se habitúe a la monotonía y al aburrimiento
- Que el cachorro vaya practicando las normas de disciplina que has seleccionado para él
- Que el pequeño logre una sensación de seguridad, de cara a quedarse sólo, soportar tormentas, etc.

Agresividad en perros

En nuestra lengua el termino agresividad, posee dos significados principales antagónicos.

El negativo consiste en provocar daño y el positivo en competir y luchar por lo que se desea.

Como necesitamos una definición precisa, vamos a acordar entre nosotros una inequívoca, que además es universal.

“Las conductas agresivas son acciones realizadas para causar daño o provocar ansiedad a otros”.

Por tanto, cuando escuches hablar en la calle sobre agresividad, permanece atento al significado que quieren darle, pero entre nosotros, de ahora en adelante, solamente hablaremos de agresividad cuando haya una intención de causar daño físico o psicológico.

A un perro le ha atropellado un coche, te acercas a él apresuradamente a socorrerle, le haces daño y te “suelta la boca”. Eso es defenderse del dolor que le atenaza, no hay intención de causar daño. No es agresividad.

Un perro agresivo se abalanza sobre un perro pasivo, sin ceremonial previo, con intención de agredirle. El atacado repele la agresión con firmeza, hasta que controla al agresor. Entonces detiene la pelea.

Ten claro que en el agredido no hay agresividad. Y además, si reacciona así, se trata de un animal dotado de una buena capacidad de autocontrol que difícilmente padecerá problemas de agresividad.

Un jugador de rugby lanza su hombro contra el estómago del atacante que corre con el balón y lo derriba. Hay una violencia tremenda, pero no hay agresividad. Ninguno de los dos tiene intención de hacer daño.

Un perro se lanza al traje del figurante y muerde persistentemente. A una orden del adiestrador, suelta y se relaja. Se trata de una acción violenta profesionalizada, como la del policía que prende a un caco. Hay violencia, pero no hay ninguna intención de hacer daño y por tanto, no hay agresividad.

Lo mas importante en el estudio de una conducta agresiva no es conocer su origen ni los mecanismos psicológicos disparadores de conducta agresiva de cada perro.

Lo más importante es la capacidad del perro para autocontrolar sus ganas de hacer daño. Porque si un perro tiene muchos motivos para agredir y muchas ganas de hacerlo, pero sabe controlarse, no presentara problemas de conducta de esta naturaleza.

Por el contrario, si no sabe contener su necesidad de hacer daño, chocara con lo que espera de el la sociedad humana y lo encerraran de por vida o lo sacrificaran

 

LA EDUCACIÓN DE LA AGRESIVIDAD

 

Todo propietario debe saber que a partir de los doce meses su cachorro va a mostrar signos de agresividad.

Al dejar de serlo, el cachorro manifestará bruscamente las conductas agresivas peculiares del perro adulto.

La conducta agresiva que manifieste el joven, dependerá sobre todo de la capacidad de autocontrol que le hayan inculcado sus propietarios mediante la educación.
También dependerá en menor medida de factores constituyentes típicos de la raza o de características determinadas por la genética de un ejemplar concreto.
Aunque esto resulta muy influyente en algunos perros agresivos, salvo casos excepcionales, la inmensa mayoría de los cachorros en los que se ha educado un autocontrol emocional correcto, no presentarán problemas de conducta agresiva cuando sean adultos.

Cómo se educa un buen autocontrol emocional

El perro aprende a autocontrolarse a través del control que se ejerce sobre él.

El control se ejerce mediante una disciplina adecuada y suficiente.

Disciplina adecuada es la que se aplica en un ambiente correcto de afecto.

Y disciplina suficiente es la que genera la “cantidad” de autocontrol que se pretende.

La conducta agresiva es primaria y tiende a manifestarse por los resquicios que permite la disciplina. El perro integrado en la familia con algunas carencias en la disciplina, puede desarrollar un autocontrol suficiente para todo, menos para controlar su agresividad suficientemente.

La disciplina suficiente para una convivencia típica que consiste en que el perro controle esfínteres, no se acerque a la mesa cuando se está comiendo y no se suba a las butacas, puede resultar insuficiente para generar el autocontrol de la agresividad.

Cuando la disciplina no ha sido obstinada, es frecuente observar perros con una buena educación, en general, pero que carecen de un buen control sobre su agresividad. En estos casos, además, suele ocurrir que sus dueños no han sabido reaccionar bien ante las primeras manifestaciones de agresividad del perro.

El perro integrado en una familia desde pequeño, donde se le exige que haga lo que debe hacer con firmeza, suele desarrollar exactamente la resistencia a la frustración y la capacidad de autocontrol que necesita para no presentar problemas de agresividad.

La resistencia a la frustración y el autocontrol se adquieren progresivamente. Es un proceso al que hay que darle tiempo.

En el perro familiar “abandonado” en el jardín, nadie está sembrando capacidad de resistencia a la frustración. El autocontrol suele ser muy inferior al del perro que vive “en casa”. Esta situación es muy propicia para el desarrollo de conductas agresiva

Educar con un buen control emocional, esencialmente consiste en dos partes:

Ayudar al perro a identificar sus conductas Agresivas, haciéndole ver que no las vamos a admitir nunca, e impedirlas siempre, sin excepción, obligándolo de este modo a aotocontrolarse y adquirir otras formas de reaccionar ante la ira.

Los tres pilares para la educación especifica de la agresividad


1º Dejar claro que se ve con malos ojos la agresión.
El perro debe tener muy claro que nosotros rechazamos cualquier conducta agresiva.

2º Impedir SIEMPRE la conducta agresiva. Si en un descuido, se ha iniciado, cortarla inmediatamente.

3º No castigar nunca por haber agredido. Hay que evitar a toda costa el modelamiento(imitar o seguir modelos).

Al perro hay que privarle de modelos agresivos, empezando por el nuestro.

Si la conducta agresiva del perro es un problema para nosotros, el perro lo sabe y no debemos reaccionar con agresividad. No debemos mostrarle que los problemas se resuelven agrediendo.

Y esto es tanto más cierto, cuanto más identificado esté el perro con nosotros. ¡Cuánto más vea por nuestros ojos!

No sólo sobran nuestros golpes, sino que sobran los gritos, los nervios y las precipitaciones. Si hay que abrirle la boca violentamente, para que suelte la presa, se hace, pero sin agresividad, sin ira.

¿Ves para qué sirve tener clara la diferencia entre agresividad y violencia?

La educación de la agresividad debe realizarse con tenacidad germánica y flema inglesa.

Cual es la edad ideal para educar un cachorro

Es fundamental tener claro que un cachorro necesita su tiempo, porque su proceso de desarrollo tiene precisamente unos tempos muy concretos. Tratar de forzar la máquina, pretender que aprenda demasiado rápido, puede ser un error parejo a todo lo contrario, esto es, tratar de enseñarle cuando ya es tarde y ya ha adoptado malos hábitos. Para echar algo de luz al respecto, os enumeramos a continuación las etapas clave de la evolución de un perro desde su nacimiento (e incluso un poquito antes) hasta que ya hayan pasado varios meses.
Etapas prenatal y neonatal
Antes de su nacimiento, el futuro perro ya comienza a recibir inputs tanto de la madre como del exterior, así como del resto de fetos. A continuación, desde su nacimiento y durante los primeros diez días de vida, la dependencia de la madre es total habida cuenta de que el animal recién nacido no puede ver ni oír, tan sólo oler, sabiendo en todo momento dónde está su progenitora (y por tanto fuente principal de cobijo y alimentación). Evidentemente, a estas alturas de partido no tiene ningún sentido tratar de inculcarle enseñanza alguna a la mascota.
Etapa de transición
Pasados los primeros diez días de comer y dormir, en una nueva fase que llega hasta el vigésimo primer día de vida, el perro empieza a desarrollar los sentidos de la vista y el oído, y por lo tanto a descubrir mundo. Se va poniendo de pie, descubre su cuerpo y el de sus hermanos y padres (o madre, al menos)... dicho de otra manera, empieza una primera, primerísima etapa de sociabilización con su familia perruna, olfateando y lamiendo a todos los que le rodean.
Etapa de imprinting
Sociabilización que se desarrolla con mayor ahínco a partir de esta etapa, que abarca las siete primeras semanas de vida del animal (a excepción de los primeros 21 días). Ya definitivamente despierto, le toca explorar y descubrir, está ansioso por ello y ya no se limita a sus hermanos, sino que se siente atraído también por lo que le rodea. Lo cual no quita lo que decíamos al principio: que sea el pistoletazo oficial de salida a su sociabilización con el entorno, con todo lo que ello implica (establecimiento de jerarquías entre hermanos, juegos, peleas…).
Etapa de la sociabilización con el hombre
Tiene lugar desde la octava semana de vida y hasta la duodécima. Es decir, no antes de los dos meses, que es el tiempo mínimo que debe pasar un perro junto a su madre. A partir de aquí empieza lo bueno, la relación entre el animal y el humano, quien vendría a sustituir (si pudiera hacerse de manera progresiva, mejor) a su progenitora natural. Esto significa que es fundamental que la mascota se relacione con la mayor cantidad de personas que sea posible, ya sea niños y adultos; que se someta a las experiencias más variopintas; y que al tiempo, suprima sus ansias de morder para evitar problemas en el futuro.
Etapa de juventud
La última fase de este primer gran desarrollo del cachorro empieza en la semana número 13, y se prolonga hasta el sexto mes de vida. Se trata del periodo en que realmente hay que poner la carne en el asador en lo que a educación se refiere: collares y correas, camas y sofás, dónde sí y dónde no hacer sus deposiciones... todo ello debe serle instruido con un plus de decisión por parte del educador (¡no confundir con el maltrato!), para evitar la rebelión de una mascota que pasará, aquí por un proceso de cuestionamiento de reglas y liderazgos. Luego la mayor decisión debe aplicarse desde el sentido común, para que el perro sea el primero en hacer las cosas bien porque sea lo más lógico también desde su punto de vista (si sabe que haciendo las cosas bien ganará un premio, no os preocupéis, que acabará haciendo las cosas bien).

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